Las dos únicas hormonas cuya producción aumenta con la edad son la leptina, responsable de la obesidad, y la insulina, que conduce a la diabetes. La producción de todas las demás hormonas disminuye. Cuando la piel carece de estrógeno, la cantidad de colágeno y elastina disminuye, la piel se reseca, empiezan a aparecer arrugas y el contorno facial se afloja. La disminución de la testosterona lleva a la formación de celulitis y a una menor masa muscular - las mejillas, las nalgas y la parte interior de los brazos comienzan a caerse también. En otras palabras, el cuerpo femenino comienza a envejecer mucho antes de la menopausia.

La terapia de reemplazo hormonal (TRH) tiene como objetivo restaurar los niveles fisiológicos de las hormonas femeninas, principalmente el estrógeno y la progesterona en las mujeres pre y postmenopáusicas. Antes de la menopausia, el ciclo menstrual es controlado por dos hormonas que se producen en los ovarios. Sin embargo, con el inicio de la menopausia (a veces hasta diez años antes), la producción de estrógeno y progesterona disminuye gradualmente y luego se detiene. Por consiguiente, la menstruación se vuelve irregular antes de desaparecer por completo.

En una consulta exhaustiva con un especialista se identificarán y elaborarán medidas compensatorias para las deficiencias de las hormonas sexuales, la hormona tiroidea, las glándulas suprarrenales (DHEA, cortisol, etc.), las hormonas de la hipófisis (vasopresina, hormona del crecimiento, oxitocina) y otras deficiencias, como las vitaminas y los minerales. El médico le dará recomendaciones a medida para una nutrición y un estilo de vida óptimos.

Cuando se llevan a cabo correctamente, los tratamientos hormonales tienen una serie de ventajas. La terapia de control, las dosis individuales cuidadosamente preparadas, el apoyo constante de un médico competente y experimentado - todo esto conduce a resultados exitosos.